El ser humano, por llamado natural es un "ser de dialogo"; la comunicación y la búsqueda del otro son los elementos que nos caracterizan y nos hacen "dueños de la creación"

"El Diálogo" es comunicación, y el dialogo con Dios se llama oración.

Pero la oración y el rezo no son sólo sonidos repetidos sin sentido, para cumplir un protocolo, que no llegan a nada.

 

 

La oración y el rezo son Diálogo con Dios y, Dios que es Amor, a su vez nos lleva a encontrarnos con nosotros mismos y nos une a nuestros hermanos: a los que se encuentran junto a nosotros, a los que están lejos y a quienes ya han tenido su Pascua en el Señor, y a veces sentimos que ya hemos perdido.

El rezo nos ayuda a iniciar esa comunicación, con palabras que nos acercan a expresarnos ante Dios, como cuando de niños nos enseñaban las formulas para saludar al llegar y al despedirnos, a dar "gracias" y a pedir "por favor"...

El rezo siempre es una forma de comunicarnos con Dios, es una forma de aprender a orar, y también es una forma de hacerlo cuando nuestra mente o nuestro corazón están abrumados por las emociones y sentimientos.

La oración, sobre todo la oración personal y privada, es algo más intimo, sin fórmulas, con menos ceremonias y más corazón. Es hablar "en confianza" con Quien sabemos que nos entiende, nos escucha, nos perdona... pero sobre todo: NOS AMA.

La oración no son solo palabras, las acciones pueden ser oración. Podemos orar todo el tiempo. Todo lo que hacemos, pensamos y aprendemos se puede convertir en oración si tenemos la intención de ofrecerlo con todo nuestro corazón a Dios.

 

 

 

De tal forma que el trabajo, el estudio, la diversión, los alimentos, son oración. Pero es importante dedicar unos minutos a un "Diálogo personal con Dios", para estar en intimidad con Él como dos enamorados; como el hijo y la hija piden el momento de exclusividad con su padre o con su madre; como buscamos un momento aparte con ese amigo o amiga íntimo que nos comprende, acepta y nos ama, y también se atreve a decirnos cuando estamos equivocados.

Estos minutos de intimidad nos alimentan, nos fortalecen, nos consuelan. Y cuando son con Dios, nos ayuda a ser más "santos".

Para lograrlo, como todo, se aprende, y existen distintas formas de facilitar esa comunicación, íntima, personal, enriquecedora:

Leer el Evangelio del día en privado es permitir que Él nos hable a través de la Palabra hoy.

 

La Iglesia nos propone las oraciones de la Liturgia de las Horas, que nos invitan a estar en oración unidos a toda la Iglesia, en momentos específicos del día. Ésto es posible para algunos, pero en la vida del mundo contemporáneo más difícil para muchos, que vivimos rodeados de ruido.

Pero existen dos momentos, que si lo deseamos, sí podemos dedicar unos minutos para unirnos a la "oración universal de la Iglesia": la mañana y la noche.

 

 

Nosotros te ofrecemos, en una presentación breve, las oraciones de Laudes que se rezan por la mañana y Completas por la noche, para iniciar el día y cerrarlo en comunicación con Dios, sabiendo que muchos más hermanos en el mundo están en ese momento rezando los mismos himnos. Lleva sólo unos minutos, y nos ayuda principalmente cuando las preocupaciones o la fatiga dificultan nuestra oración personal.

Nuestra intención es ofrecerte estos elementos que faciliten el Diálogo más importante para transformarte en un auténtico "Constructor de Paz".

 

Pero esto no suple unos minutos de oración personal, con tus palabras y con tus silencios, sin apariencias, sin formulas y sin poses, sencillamente una comunicación de corazón a corazón. Y para eso no hay más auxiliares que el consejo de Jesús en el Padre Nuestro, dirígete a tu Padre con confianza, reconociendo tus errores y pidiendo perdón por ellos, reconociendo que eres parte de una familia y que también te toca perdonar a tus hermanos; agradeciendo lo que te ha dado y pidiendo te de lo necesario para seguir en el camino del Amor.

En estos minutos de oración personal te pedimos nos acompañes uniéndote a nosotros en los siguientes puntos:

No olvides, en tu oración de cada día, pedir al Espíritu de Dios nos llene a todos los seres humanos el Amor y la Paz que nos alimenta y nos fortalece.

No olvides cada día agradecer todo aquello que Dios te a regalado, empezando con la vida, y pedir por la carencia que muchos hermanos tienen, sobre todo, la sensación de abandono y soledad, que hemos permitido se haga parte de nuestra cultura, que promueve la "autosuficiencia" y el individualismo.

No olvides cada día, pedir por todos aquellos que se han decidido ser "hermanos de todos" trabajando por la paz, cada uno desde su propia realidad y con sus limitaciones y riquezas.

No olvides cada día pedir ayuda de "lo Alto" para ser fortalecido y auténtico "Constructor de Paz".

Nosotros, desde "Dia-logos para la Paz", no olvidamos cada día pedir por ti, y porque te unas a esta "Red de Constructores de Paz"